La terapia artística fomenta la expresión creativa a través de la pintura, el dibujo o la modelación. Puede funcionar proporcionando a una persona un espacio seguro para expresar sus sentimientos y permitiéndoles sentirse más en control de su vida.
Así como una pintura o una pieza musical pueden decir algo de maneras que casi desafían la descripción, la terapia artística ofrece a las personas que enfrentan desafíos físicos, emocionales y cognitivos nuevos caminos hacia la comprensión y la autoexpresión.
Las personas no tienen que ser artistas o incluso “buenos en el arte” para beneficiarse de la terapia artística. Esta forma de tratamiento es más que una clase de arte o simplemente algo para mantener ocupadas a las personas. La terapia artística utiliza el poder de las artes y diferentes modos de comunicación para que las personas se abran y se involucren con su terapia de nuevas maneras, lo que puede mejorar la curación de todo tipo.
¿Qué es la terapia artística?
Según la Asociación Americana de Terapia Artística, la terapia artística es un tipo de terapia que integra la salud mental y los servicios humanos utilizando “la creación de arte activa, el proceso creativo, la teoría psicológica aplicada y la experiencia humana”.
Profesionales licenciados que están capacitados tanto en terapia como en arte conducen estas sesiones, las cuales son adecuadas para personas de todas las edades. Es posible incorporar la terapia artística en sesiones individuales, terapia grupal y asesoramiento familiar o de parejas.
Uno de los principales objetivos de la terapia artística es mejorar el bienestar de las personas. Puede ayudar a mejorar o restaurar el funcionamiento de un individuo. La terapia artística tiene lugar en entornos educativos, médicos y de rehabilitación, así como en prácticas privadas y clínicas de salud mental.
¿Cómo funciona?
Las personas que hacen arte en cualquier forma, ya sea que se consideren artistas o no, participan en un proceso de auto-descubrimiento que les brinda un espacio seguro para expresar sus sentimientos. Además, les permite sentirse más en control de su vida. Este proceso creativo es disfrutable por sí mismo, pero esta no es la única actividad que se realiza en una sesión de terapia artística.
En una sesión de terapia artística, un individuo puede realizar algunos de los siguientes ejercicios:
- Pintura
- Dibujo
- Pintura con los dedos
- Trabajo con arcilla
- Tallado
- Escultura
- Garabatear y dibujar
- Crear collages
Aunque estos ejercicios se realizan bajo la guía de un terapeuta artístico, lo que surge debe ser la respuesta sin filtros del individuo. Comprenderlos puede promover la salud mental y el bienestar.
Para desentrañar este entendimiento, el individuo y su terapeuta artístico discutirán la obra de arte. Explorarán qué objetos, personas e imágenes aparecen y cuáles no.
Orígenes
Aunque el arte ha sido una parte integral de la experiencia humana durante miles de años, la práctica de la terapia artística es un desarrollo relativamente nuevo, con un artista del Reino Unido describiéndola por primera vez en la década de 1940.
Pensadores clave llegaron al campo desde antecedentes en educación, artes visuales y psicoterapia. La “madre de la terapia artística”, Margaret Naumburg, se vio influenciada por la primera ola de teoría psicoanalítica a principios del siglo XX. Creía que a través del proceso creativo, los individuos sacaban a la luz pensamientos y sentimientos inconscientes que podrían haber reprimido.
Ella sentía que cuando los individuos hablaban a través de este proceso creativo con un terapeuta, podían entender lo que su obra de arte les estaba revelando sobre sí mismos. Este entendimiento, a su vez, promovería la sanación psicológica. Sus escritos continúan siendo influyentes en el siglo XXI.